Descubre las impresionantes Cuevas del glaciar Mendenhall en Alaska
Tonos turquesas tan impresionantes que empeñarán tu vista, un frío que cala y un paisaje en constante movimiento. Así son las Cuevas del glaciar Mendenhall en Alaska.
Un lugar perfectamente hermoso que no está a la vista de todo el mundo. Pocos son los lugares que muestran todos los ciclos del agua al mismo tiempo y estas cuevas es uno de ellos. Podrás observar el agua fluir sobre las rocas y debajo de los cielos congelados de azul brillante.
En la ciudad Juneau, el campo de hielo en el séptimo cuerpo glaciar más grande en el mundo, al cubrir mil 500 millas cuadradas, pero lo más emblemático es el glaciar Mendenhall donde, aunque no parezca posible, el interior supera la belleza cautivante de la superficie.
Al buscar en Internet los viajeros tildan este sitio turístico como surrealista o de otro mundo. Está en el Valle de Mendenhall y mide 19,3 kilómetros de largo. Anteriormente lo llamaban ‘Glaciar detrás de la ciudad’ y ‘Glaciar detrás del lago pequeño’.
El deshielo que se ha generado por el cambio climático ha acelerado no solo el retroceso de este glaciar, que se estima es de 30 y 45 metros por año, lo que aumenta el riesgo de que, desaparezca en el futuro, también ha dejado al descubierto los restos de un bosque prehistórico. El mismo ha estado atrapado en las espesas capas de hielo y científicos calculan que tenga una edad entre 1,400 y 2,350 años, lo que vuelve este destino aún más interesante.
¿De qué trata esta maravilla natural?
Los aventureros se pierden en el interior del glaciar de Mendenhall para descubrir las cuevas de hielo que se van formando con el tiempo y la caída del agua. Es recomendable solo para personas que les guste escalar y andar en kayak porque son las formas de acceder al interior.
Es una gruta de hielo única, rodeada de picos montañosos, fauna marina y otros hermosos glaciares, pero ninguno como el de Mendenhall, donde el aumento de las temperaturas ha provocado un retroceso en el deshielamiento y aumenta la dimensión de las cuevas.
Para los menos intrépidos, el Glaciar de Mendenhall es posible verlo desde el centro de visitantes en Mendenhall Loop Road, e igual disfrutarás de todo un espectáculo, pero si lo tuyo es la aventura lo recomendable es tomar una visita guiada, así sabrás que las cuevas son seguras y accesibles, ya que algunas pueden estar derritiéndose y derrumbarse.
Este glaciar cuenta con protección federal como parte del Área de Recreación del Glaciar Mendenhall, que es una unidad del Bosque Nacional Tongass y está abierto a visitantes todo el año y no es necesaria reserva previa. Puedes llegar por carretera, desde la capital de Alaska, Juneau, y hay que pagar una entrada, pero nadie que las ha visitado ha dicho que no valga la pena conocerlas.
Cómo explorar las cuevas del Glaciar Mendenhall
Los recorridos por las cuevas son generalmente de julio a septiembre y acceder a ellas implica toda una aventura ya que te espera una travesía por kayak en las gélidas aguas del lago Mendenhall, una caminata y escaldad sobre el hielo, además de sumarle la adrenalina que genera el hecho de que las paredes puedan desplomarse.
Las rutas más cortas para conocer las cuevas de glaciar duran una hora e incluye un poco de senderismo, mientras que, para llegar a las cuevas más profundas, y famosas, es necesario todo el día. También se puede acceder a los glaciares en barco. Hay compañías privadas que ofrecen paseos por lagos helados. Y como no hay aventura los suficientemente completa, otra opción es sobrevolar el Parque en helicóptero.
Si eres de verdad amante de la aventura y la naturaleza, este será el próximo lugar que vas a querer visitar. Es recomendable realizar el recorrido en verano, porque las bajas temperaturas del interior se pueden soportar sin problemas.
¿Qué diferencia a esta cueva glaciar de una cueva de hielo?
Fácil, la cueva glaciar es diferente a una de hielo, porque estas últimas se componen de roca sólida, lo que les da a las paredes las características de ser aislantes para poder albergar el hielo todo un año completo. Una cueva glaciar, en cambio, se crea en hielo sólido por la acción del agua, producto del flujo del agua que provoca el deshielo.
Por eso son mucho más efímeras que las cuevas de hielo, cambian de forma y de tamaño constantemente que las hacen aún más atractivas para los visitantes y los fotógrafos y en cada visita es posible descubrir todo un mundo nuevo al adentrarte en la cueva.