Viajando al interior de uno de los edificios más emblemáticos de la ingeniería norteamericana
La Presa Hoover es uno de los edificios más importantes construidos en los Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XX. Aunque se trata simplemente de un arco de concreto reforzado que convierte las aguas de Río Colorado en electricidad, para el momento en que fue construida representó toda una proeza de arquitectura e ingeniería, comparable con las pirámides de Egipto o el Canal de Panamá.
Cientos de miles de viajeros deciden escaparse todos los años a la frontera entre Arizona y Nevada para contemplar el impresionante espectáculo de como la mano del hombre puede transformar el paisaje, y de cómo se genera electricidad para millones de personas al tiempo que se evitan las inundaciones que sacudían a los pobladores río abajo todos los años. Si estás paso por Las Vegas y ya te cansaste de perder tu dinero en las mesas, una escapada de 48 kilómetros podría arreglar tu viaje.
Atención con los documentos
Si estás listo para adentrarte en esta emblemática estructura y recorrer de arriba a abajo la fuente de los 2074 megavatios de energía eléctrica que alimentan cientos de miles de hogares, primero asegúrate de tener tu documentación en regla. Si tu pasaporte fue expedido por cualquiera de los 37 países exentos de visado, solo tendrás que llenar el formulario ESTA, aguardar a que el algoritmo online analice tu solicitud, y si todo está bien, recibirás tu Visa ESTA a correo electrónico.
La Visa ESTA es simplemente una autorización de viaje que te permitirá tomar cualquier tipo de transporte de línea con dirección a los Estados Unidos, no obstante, puede ser denegada tu entrada por las autoridades fronterizas discrecionalmente si encuentran algo que consideren sospechoso en ti o en tus respuestas. Sin embargo, las cifras oficiales del Gobierno estadounidense aseguran que el 99% de los viajeros que intenta ingresar en su territorio con una ESTA USA visa, no sufre ningún tipo de impedimento, así que no tendrías porque convertirte en la excepción.
Todo lo que tienes que saber antes de ir a la Presa Hoover
1) ¿Cómo visitar la Presa Hoover?: Hay dos formas de ver este impresionante edificio, la más común de todas, es simplemente el rent-a-car: un automóvil y conducir los 48 kilómetros que la separan de Las Vegas. No obstante, si quieres hacer algo de verdad único y tener una experiencia impresionante, puedes contratar un tour aéreo que te llevará alrededor del complejo eléctrico en un pequeño aeroplano desde el que podrás ver toda la inmensidad de la obra.
2) ¿Es posible entrar en el edificio?: Claro que sí, de hecho, hay dos recorridos distintos; el ‘power plant tour’ que cuesta 16 dólares, dura aproximadamente 2 horas y te permite recorrer la mayoría del edificio, así como acercarte a los generadores, y el ‘dam tour’, que cuesta 30 dólares, pero además de todo lo anterior, te permitirá acceder a las galerías y los túneles de servicio de la presa.
3) Hablemos de seguridad: Por tratarse de un edificio de interés nacional, no solo en términos históricos, sino también energéticos y estratégicos, las medidas de seguridad desde el 11 de septiembre se elevaron considerablemente. No obstante, más allá de las pesquisas y los escáneres, hay una excepción a las reglas que te permitirá hacer fotos fantásticas. En la Presa Hoover, a diferencia de los demás monumentos nacionales, sí está permitido ingresar con trípodes.
4) Quizás no habías escuchado su nombre, pero de seguro la viste en el cine: Las apariciones cinematográficas de este edificio son muchísimas, si es que fuera el caso que jamás escuchaste hablar de la Presa Hoover, es probable que la hayas visto como escenario de Superman, Hacia rutas salvajes, Solaris o Transformers, de hecho, cada año se graban más escenas en esta localización, que en la mismísima ciudad de Las Vegas.
Si estás listo para escaparte de la tentación de las mesas de juego y te interesa la arquitectura, la ingeniería, o incluso el senderismo, aquí tienes una muy buena opción para evadirte del bullicio de Las Vegas. Te garantizo que vas a vivir una experiencia muy emocionante y educativa, de hecho, si estás dispuesto a conducir un poco más, podrías ver el Gran Cañón ese mismo día.